Las lluvias del mes de marzo recargaron los suelos en gran parte de la región agrícola, aunque el centro de la Mesopotamia aún enfrenta déficits. El norte y sur del país se esperan temperaturas más altas de lo normal, las precipitaciones serán escasas en Patagonia y superiores al promedio en el norte de la Región Pampeana. Mientras tanto, con un 77-86% de probabilidad, el fenómeno El Niño-ENSO entrará en fase neutral durante abril, mayo y junio, marcando un cambio en el patrón climático. ¿Cómo impactará en los cultivos y la ganadería?
Lluvias récord y suelos aliviados: buen pronóstico climático para el agro
Las abundantes precipitaciones de marzo elevaron la disponibilidad de agua en gran parte del área agrícola de secano, salvo en el centro de la Mesopotamia
Efecto lluvia. Es posible que los maíces tardíos, que aún están en fase reproductiva, se beneficien de esta mejora en la humedad.
Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la Fauba, comentó que en marzo, las precipitaciones superaron los valores normales en la Región Pampeana. “El sudoeste de Buenos Aires se destacó claramente: en localidades como Bahía Blanca y Coronel Suárez se registraron récords de precipitación diaria. Además, hubo lluvias significativas en el norte de Salta —donde desbordaron los ríos Bermejo y Pilcomayo—, al igual que en la Región Chaqueña hacia finales del mes”.
“En Bahía Blanca —añadió Adela—, el evento extremo de lluvias que ocurrió hace un mes y que tuvo consecuencias gravísimas, fue tan excepcional que su período de recurrencia supera los 100 años. Los 290 mm acumulados en 12 horas equivalen a 4 veces el promedio mensual de marzo”.
Las lluvias en la región Pampeana
Según la docente, la situación descripta anteriormente causó anegamientos puntuales en algunas zonas. Esto retrasó las labores de cosecha y dificultó que, en algunos lotes, los cultivos alcanzaran la madurez para ser cosechados. En la Región Pampeana, el contenido de agua útil en el perfil continuó en condiciones muy favorables.
“En la Región Chaqueña, la ganadería se vio aliviada por una mayor disponibilidad de agua en las aguadas. Además, la recarga de los perfiles es positiva con vistas a la siembra de los cultivos de invierno”, dijo Veliz.
Y agregó: “Los daños que causó la sequía en el maíz, la soja y el algodón son irreparables. Sin embargo, es posible que los maíces tardíos, que aún están en fase reproductiva, se beneficien de esta mejora en la humedad, que mitigaría el impacto de las condiciones previas y favorecería el llenado de los granos”.
Adela también se refirió a las variaciones de la humedad del suelo en el territorio nacional. “Ocurrieron situaciones negativas en el centro de la Mesopotamia —específicamente, en Corrientes—, Tucumán y en el noroeste de la Patagonia. Mientras tanto, las variaciones fueron positivas al sur de la Región Pampeana, al norte de Córdoba y al este de Salta”.
Por su parte, Gastón Sosa, coautor del informe junto con Adela Veliz, María Elena Fernández Long y Leonardo Serio —docentes de la misma cátedra e integrantes del Centro de Información Agroclimática y Ambiental de la FAUBA— abordó la evolución del almacenaje de agua en el suelo en lo que va del año. “A modo de ejemplo, tomamos dos localidades contrastantes: Venado Tuerto, donde la disponibilidad de agua hasta un metro de profundidad es muy buena, y Corrientes, donde persiste la condición deficitaria”.
La temperatura y el efecto en los suelos
María Elena Fernández Long, profundizó un indicador clave para predecir los períodos Niño/Niña: las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial. “En marzo, las temperaturas de las aguas superficiales permanecieron por debajo de los valores medios en el Pacífico central. Por otra parte, en el oeste y el este del Pacífico, las variaciones fueron positivas, al igual que en la mayor parte de los demás océanos”.
La docente explicó a Sobre La Tierra que, en relación con el trimestre abril, mayo y junio, la mayoría de los modelos climáticos que se ejecutaron a mediados de marzo coincidieron en sus pronósticos: las temperaturas se acercarán a sus valores normales en la región 3.4 del Pacífico, normalmente utilizada para caracterizar el fenómeno de El Niño. Solo se ubicarán 0,1 o 0,2 grados centígrados por debajo del promedio.
Con respecto a la situación de El Niño-Oscilación del Sur —ENOS—, María Elena puntualizó que según los pronósticos del Climate Prediction Center —CPC— hay un 77% de probabilidad de que se mantengan las condiciones neutrales durante este trimestre. En tanto, para el International Research Institute for Climate and Society —IRI—, esta probabilidad asciende al 86%.
Leonardo Serio, por su parte, comentó las previsiones del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Fauba. “Los meses de abril, mayo y junio serán cálidos en las regiones norte y sur del país. En cuanto a las precipitaciones, serán escasas en la Patagonia y probablemente superiores en el norte de la Región Pampeana. En el resto del país, los valores estarán dentro de lo normal”.